Mitos sobre adelgazar
Subir de peso no es una casualidad, ni es cosa de magia, sino más bien el resultado de errores nutricionales frecuentes o de una falta de voluntad. Además, algunos mitos persisten y es preciso erradicarlos.
Seamos sensatos, no hay maldición gitana que haga aumentar de peso a alguien así porque sí. Todo tiene una explicación y al final, el equilibrio ponderal se reduce simplemente a una cuestión de entradas y salidas.
La mejor estrategia es exagerar el consumo de alimentos bajos en calorías
¿y dónde queda el placer en todo eso?
En primer lugar; darse una comelona, se trate o no de alimentos bajos en calorías, es un concepto inaceptable desde el punto de vista moral y dietético. Porque significa que no tiene ningún control sobre sus impulsos ni sobre su apetito.
Disociar sistemáticamente la razón y el antojo es abrirle la puerta a conductas de compensación: cuando se harta de la ensalada, corre a abalanzarse sobre el pastel de chocolate.
En segundo lugar; comer es un acto sagrado para muchas culturas que no conocen la abundancia. En nuestras sociedades occidentales, comer es un signo de convivencia y de placer; y el placer no engorda.
Entre más agua bebemos, mas adelgazamos
El agua nunca ha hecho adelgazar a nadie!
La grasa no se elimina trasportando, ni orinando. El organismo es el que se encarga de quemarla. Beber mucho no hace bajar de peso. En cambio, un organismo que adelgaza produce una mayor cantidad de residuos, y beber un litro y medio de agua al día ayuda al riñón a eliminar esos residuos de más.
En base a lo anterior, el agua es un excelente complemento de las dietas, pero tomar agua en exceso pensando en reducir peso es erróneo.
Podemos reemplazar un aperitivo por un jugo de frutas
Haga sus cuentas: un vaso pequeño de algún aperitivo equivale a 120 calorías; en cambio, un vaso de jugo de frutas (150 ml) contiene entre 60 y 90 calorías. Pero el peligro está en beber mucho jugo de frutas creyendo que no pasa nada.
Todo es cuestión de dosis; una copa de champaña no contiene más calorías que una copa grande de vino, pero hay que tomar en cuenta también que el alcohol estimula el apetito. A usted le toca considerar la situación, caso por caso.
Comer solo ensaladas hace bajar de peso
Comer lo mismo que un conejo o una tortuga es una estrategia de corto plazo y una manera de alimentarse particularmente desequilibrada. Las ensaladas y verduras crudas la harán bajar de peso al principio, pero esta situación no durara mucho tiempo porque habrá una carencia de proteínas.
Si no comes suficientes proteínas, se expone a perder más músculos que grasa. Otro punto en contra: comer demasiada fibra causa inflamación.
Lo que cenamos es lo que se trasforman en grasa
Sin duda, los antojos nocturnos repletos de glúcidos llegan a provocar un sobrepeso, pero esto no es tan sistemático como parece. El metabolismo basal funciona día y noche; los órganos, y en particular el hígado, queman calorias para trasformar los nutrientes y producir enzimas.
Esta fábrica interna consume alrededor de 65% de la energía