Alimente sus Neuronas
La salud también está en la cabeza.
Para mantenerse en forma, conviene tener las ideas claras. El cerebro es un órgano igual que los demás; necesita estar bien alimentado para funcionar correctamente. Sus nutrientes predilectos son las grasas, ¡pero no de cualquier tipo!
El cerebro: una masa grasosa
Para estar en forma, la energía debe circular tanto en el cuerpo como en la mente. Es importante que nuestras ideas se generen de la mejor manera, que la memoria sea lo más eficaz posible y que podamos tomar decisiones fácilmente; para ello, es indispensable que la información viaje con rapidez de neurona a neurona.
Este proceso depende en gran medida de las paredes neuronales; deben ser lo suficientemente flexibles y permeables para realizar su tarea. Ahora bien, dichas paredes están constituidas, en gran parte, por grasa que el cerebro obtiene de la alimentación.
Menos Mantequilla, más Aceite
Entonces, evite la alimentación extremadamente magra, debemos ingerir cuerpos grasos en cantidad suficiente, pero no de cualquier tipo. Las grasa alimenticias contienen dos tipos de ácidos grasos: los saturados, cuyos átomos “se toman de la mano” como niños que juegan a ronda, y los insaturados, que tienen una o varias “manos libres. Los primeros no son muy útiles para el cerebro y se acumulan en las arterias, que terminan por llenarse de grasa (colesterol); mientras que los segundos son indispensables para la flexibilidad de las membranas celulares, en particulares las que recubren a las neuronas.
Para evitar los ácidos grasos nocivos, empiece por disminuir su consumo de carne y grasa animales (queso, grasos, mantequilla, crema, embutidos). Remplace la carne por pescado y escoja aceites vegetales crudos.
Los aceites grasos que contienen los aceites vegetales son frágiles. Algunos no resisten el calor. Por lo tanto, evite las comidas fritas. Es mejor cocinar ligero (al vapor)
Todos los aceites vegetales tienen composiciones diferentes en ácidos grasos esenciales. Varíelos para aprovechar sus sabores mientras que equilibra su aporte de ácidos grasos “buenos” .