Cinco Verdades Sobre Lo Que Comes
Los alimentos son el combustible necesario para el crecimiento y la regeneración de las células.
- 1.Eres lo que Comes: Eres literalmente lo que comes, tu cuerpo está fabricando y renovando continuamente sus células, incluso las del cerebro. Las de la piel se renuevan cada 30 días. Lo que consumes a diario afecta a la salud de tu organismo, de tu cerebro y es fundamentalmente alimentarte correctamente. Para estar en la mejor forma procura obtener la mejor nutrición de la comida que te lleves a la boca.
- 2.La comida es una Droga: Probablemente habrás observado que lo que comes afecta a tu estado de ánimo y a tus fuerzas. O quizás hayas visto que cuando los niños comen caramelos o galletas es un poco más interactivo. O que cuando ingerimos demasiado café, bebidas negras, te, bebidas energéticas, nos ponemos impacientes y pesados. La razón es que lo que comemos es una droga.
- La comida puede hacerte sentir peor: si comes demasiado al desayuno, al cabo de una media hora te vas a sentir confuso, despistado y abobado.
- La comida te puede adormilar: ¿no te has dado cuenta que después de comer mucho, te entran ganas de echarte una siestecita?
- La comida puede hacer que te sientas fantásticamente: los alimentos adecuados te dan fuerzas para todo el día y te ayudan a concentrarte mejor.
- 3.Lo que comes afecta a todos los aspectos de tu vida: La comida hace mucho más que aliviar los retortijones del hambre. Afecta a todos los aspectos de tu salud y bienestar físico.
- Tu estado general de salud: si comes poco y mal, se resentirá tu salud. Toma alimentos ricos en nutrientes a lo largo de todo el día, y así tendrás un sistema inmunológico más fuerte.
- Tu capacidad de pensar de prisa y con claridad: los alimentos saludables para el cerebro suavizan muchas asperezas mentales para que puedas mantenerte concentrado en tus objetivos.
- Tus fuerzas: de lo que comas depende que te sientas como una rosa o hecho polvo.
- Tu rendimiento físico y en el deporte: los buenos alimentos te llenan de energía para la actividad física, y los malos acaban con tu resistencia.
- Tu peso: tus hábitos alimentarios inciden directamente en el tamaño de tu cuerpo.
- Tu aspecto: las personas que se alimentan debidamente suelen tener un aspecto más sano.
- 4.Se nos dan mensajes falsos sobre la comida: Se nos bombardea constantemente con mensajes engañosos sobre la comida. Los anuncios de la televisión, las vallas publicitarias y la radio no dejan de incitarnos a adoptar unos malos hábitos alimentarios. Los restaurantes y lugares de comidas rápida enseñan a sus empleados a engatusar al cliente para que coma mas, y así aumentar las ventas, cuyo resultado es un desastre para nuestra cintura. Estas son las tácticas ladinas que emplean los vendedores de comida para conseguir que comamos y bebamos más:
- Por solo 30 céntimos más puede tomar la de mayor tamaño
- ¿Quieres papas fritas?
- ¿Quiere antes un poco de pan? (aumenta el hambre y hace que uno coma más)
- ¿Algo de picar?
- ¿Otra copa?
- ¿Quiere un vaso más grande? Merece la pena.
- ¿Postres? Están incluidos en el menú
- Te rellenan el vaso gratuitamente — has de seguir bebiendo para amortizar el dinero.
- Happy hour — puedes beber más por menos.
- Bufé libre — tienes que seguir comiendo para sacar el máximo provecho de lo que pagas.
Padres, abuelos y profesores comparten a veces la culpa de transmitir mensajes falsos sobre la comida. Les decimos a los niños: “si te portas bien, el fin de semana vamos a comer pizza” “si te comes todo te doy un dulce”. Es verdad que con esta estrategia se puede conseguir que el pequeño este quieto en clase o en la iglesia, o callado mientras hablamos por teléfono, pero plantea un grave problema. Servirse de una alimentación malsana para premiar la buena conducta enseña a los niños a premiarse más adelante con alimentos que nos les sientan bien.
- 5.¿Quiénes son los que peor comen? : Normalmente los adolecentes y los adultos jóvenes. Los padres sienten que influyen poco en sus hijos adolecentes, así que tiran la toalla y dejan que coman lo que quieran. Los hábitos que los jóvenes desarrollan a esta edad pueden ser difíciles de eliminar más tarde, y producir un profundo impacto en el cerebro. Este órgano se sigue desarrollando de forma intensa hasta los veinticinco años; por esto que los adolecentes comen estimulan o entorpecen su desarrollo, si los jóvenes quieren tener el mejor cerebro posible, deben seguir la mejor dieta posible.
En el otro extremo del aspecto de la vida, las personas mayores suelen tener también unos malos hábitos alimentarios. Por ejemplo, cuando muere el marido o la esposa, puede ocurrir que el cónyugue que sobrevive no sea tan proclive a comer lo que le conviene cuando se siente solo a la mesa. Es posible que se pase a la comida preparada o a lo que tenga a la mano en cualquier momento. Es una tendencia que hay que invertir.