El envejecimiento de la piel
El proceso de envejecimiento de la piel es bastante complejo e implica una serie de cambio generalmente irreversibles, pero que se pueden parar o ralentizar en cierto modo.
Estos cambios se pueden resumir en:
Adelgazamiento de la piel
Se debe a la disminución de la vida media de las células cutáneas (los queratinocitos, células que producen queratina, una proteína fibrosa que da resistencia a la piel), Esta disminución se puede cifrar en más del cincuenta por ciento.
Deshidratación progresiva
El contenido de agua en la parte cornea de la piel es del 13% en las personas jóvenes, y de tan solo el 7% en los ancianos.
Reducción de la secreción de grasa y sudor
Reduce la capa hidrolipídica que protege la piel.
Alteraciones en la síntesis de pigmento
Provoca la aparición de manchas y despigmentaciones.
Disminución del colágeno en la dermis
Produce la pérdida de elasticidad y el aumento de las arrugas.
Reducción de la microcirculación periférica
Se aprecia un menor aporte de oxigeno y una acumulación de sustancias toxicas.
Lesiones por agresiones externos
(estrés, tabaco, radiación ultravioleta, etc.)
Formación de radicales libres
Se deben tanto a la contaminación externa como a una nutrición poco adecuada.
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