El gluten no es para todos
Hay personas que desde el nacimiento padecen una enfermedad intestinal crónica que es relativamente común, llamada celiaquía, característica por la alteración en la mucosa del intestino delgado proximal, la parte del intestino más próxima al estómago. Esta enfermedad también se adquiere durante la edad adulta.
Este problema se presenta ante la ingesta de prolaminas de trigo, cebada o avena; gliadina, secalina, hordeina y avenina respectivamente, las cuales son sustancias toxicas para las personas que padecen esta patología.
Los primeros síntomas entre los que se pueden distinguir cuando se consumen muchos alimentos con gluten en la dieta son:
– Irritabilidad.
– Inapetencia.
– Distensión y dolor abdominal.
– Deposiciones frecuentes, acompañadas de mal olor, espumosas y voluminosas. A veces se acompañan de vómito.
Hay que considerar que el gluten es un alimento que no debe ser sobreevaluado ni devaluado. También se reciben muchos beneficios como ocurre con cualquier otro alimento, siempre y cuando no lo hagamos en exceso ni lo pasemos por alto en la dieta.
Entre los más importantes alimentos que contienen gluten están:
– Harinas obtenidas de cereales tales como el trigo, la cebada, el centeno y la avena.
– Pan, pastelería y productos de repostería.
– Fideos, macarrones, tallarines.
– Bebidas malteadas.
– Bebidas fermentadas a partir de cereales como la cerveza, el whisky y otros licores.
– Jamón, mortadela, chorizo y salchichas.
– Quesos fundidos y lácteos en general.
– Helados.
– Frutos secos tostados con sal.