Haga lo posible por cenar más temprano
Uno de los problemas con nuestra manera de comer, especialmente la de nuestros niños que se la pasan de un lado para otro, es el patrón de alimentación. Saltarse el desayuno para luego atiborrarse de alimentos ricos en grasas a la hora del almuerzo nos deja con hambre para el momento de la cena. Los padres de hoy trabajan más horas que los de otros tiempos, y suelen suceder que la cena se sirva más tarde de lo que solía servirse. Como resultado, las familias consumen los alimentos equivocados a las horas equivocadas.
Haga todo lo posible para que su familia cene antes de las 7:30 p.m. eso dejará tiempo para que la digestión y la utilización de calorías se produzca antes de que los niños se vayan a dormir. Debido a que las calorías que no se queman se acumulan eficientemente en forma de grasa, las calorías que sus hijos consumen en la cena y no se utilizan antes de ir a la cama pueden engordarlos. Además, al cenar temprano hay más posibilidades de que los niños se despierten con apetito y se coman un desayuno nutritivo.