He recuperado peso ¿Qué hago?
La vida y las circunstancias cambian y no podemos negar que, en determinadas ocasiones, podemos perder el equilibrio de nuestra dieta y ser demasiado laxos. No es una tragedia: nuestra vida tiene sus altos y sus bajos. Y no olvidemos que el comer es un acto emocional y social que realizamos seres emocionales y sociales.
Por ejemplo, si usted ha tenido varios compromisos seguidos o se ha ido de vacaciones o ha pasado por una fase de estrés elevada, es posible que haya tomado más alimentos o bebidas poco recomendables o ha pasado por una fase de estrés elevada, es posible que haya tomado más alimentos o bebidas poco recomendables y que haya aumentado unos kilos. Dentro de los límites de un peso óptimo, es normal que recupere unos pocos kilos en un momento determinado.
Si así fuera, no se obsesione ni se preocupe. Trate de recuperar el equilibrio. Nunca deje de comer, ni reduzca la ingesta de todo un poco indiscriminadamente, ni se limite solo a unos cuantos alimentos, pues perderá demasiada masa magra y poca grasa, o bien entrará en algún desequilibrio nutricional.
No se confunda: con esto no le animo a engordar y adelgazar como si fuese un yo-yo. Nada más lejos. Más bien le recomiendo que, si por el motivo que fuese, usted recibiera algo de peso, en primer lugar, deje de tener sentimiento de culpa o fracaso. Son sentimientos negativos que no le conducirán más que a seguir comiendo para calmar el malestar que le producen y entrar en un círculo vicioso que lo llevara a engordar y a frustrarse aún más. Cuando haya recuperado algo del peso perdido, deje de lado los sentimientos de culpa y frustración. No tires la toalla y póngase manos a la obra de nuevo para frenar ese aumento de peso.