Imite a la Serpiente

Hay ejercicios que permiten a la vez relajar el cuerpo, apaciguar la mente y concentrar la energía vital dispersa como resultado de la fatiga, los mejores son las posturas del yoga; así que prueba la postura de la serpiente.

Cuerpo y alma… aislarse dentro de sí mismo, conectarse con una fuente de energía a la que nadie tenga acceso, retomar fuerzas, ¡vaya que parece un sueño! Pero usted puede hacer que se convierta en realidad si practica yoga. Esta disciplina milenaria, nacida en la antigua india hace ya más de 20 siglos, propone serie de posturas que tonifican los músculos, mejoran el funcionamiento de las glándulas endocrinas y fortalecen la acción de los órganos vitales. Al mismo tiempo, la concentración y el trabajo con la respiración calman la tensión nerviosa. La práctica regular del yoga  hace maravillas cuando se trata de combatir la fatiga.

Que la fuerza de la cobra este con usted…   la siguiente es una postura especialmente eficaz para devolver la vitalidad a los organismos más agotados.

1. Recuéstese boca abajo, con la punta de los dedos de los pies extendidos, los brazos flexionados apoyados en el piso y manos extendidas a la altura de los hombros.
2. Inspire y levante la cabeza dejando las manos en el piso y los brazos ligeramente flexionados. Levante la barbilla, sin separar las caderas del piso. Respire profunda y tranquilamente y permanezca en esa posición unos 10 segundos.
3. Baje de nuevo el torso hasta el piso y gire sus manos hacia el interior separando los codos.
4. Inspire y vuelva a levantar el torso, sin alzar los hombros. Levante la barbilla y despegue levemente las caderas del piso. Respire tranquilamente y permanezca en esta postura durante unos diez segundos y luego regrese a la posición inicial.

Durante el ejercicio, debe mantener  su mente concentrada en lo que pasa en el interior de su cuerpo. Trate de alejar cualquier interferencia y fije su atención en sus sensaciones. Respire calmada y profundamente. Sienta como el aire llena sus pulmones roza sus fosas nasales y luego sale. La postura de la serpiente relaje los músculos de la espalda, a menudo contraídos cuando estamos cansados, y pone a trabajar la glándula tiroides y a las suprarrenales.