Los Pensamientos Negativos Automáticos parte II
Unos cuantos pensamientos negativos son fáciles de llevar, pero cuando son miles de pensamientos horribles, tú también te sientes horriblemente mal. Y recuerda No tienes por qué creerte todo lo que piensas, puedes ponerle freno a tus pensamientos negativos; les das mucha fuerza y les ayudas a crecer, pues no puedes ponerle freno.
Adivinar el futuro: el signo distintivo de adivinar es predecir lo peor aunque no sepas que va a ocurrir. Probablemente albergues pensamientos de este tipo si alguna vez has dicho cosas de este estilo:<<sé que no seré capaz de seguir un ejercicio físico>>; <<si me pongo a dieta, se que me la voy a saltar>>; <<me acaban de hacer una biopsia; estoy seguro de que tengo cáncer, y me voy a morir>>. El problema del adivino es que su mente tiene su fuerza que puede hacer que ocurra lo que prevé. De modo que cuando estas convencido de que esa biopsia te traerá malas noticias, te estresas en extremo, con lo que tu sistema inmunológico se deprime y aumenta las probabilidades de que enfermes. De hecho, el estrés crónico está implicado en muchas dolencias, incluido el cáncer.
La lectura de la mente: se produce cuando crees que sabes lo que otra persona está pensando, aunque no te lo haya dicho y no se lo hallas preguntado. <<Me está mirando a los ojos; probablemente pensara que las patas de gallo hacen que parezca mayor>>. Una mirada que se dirija hacia donde tú te encuentras no significa que alguien este juzgando tu aspecto. Es posible que esté pensando que tienes unos ojos muy bonitos.
La culpa: de todos los pensamientos negativos automáticos, este es el peor. Echar la culpa de tus problemas a los demás y no asumir la responsabilidad de tus propios éxitos y fracasos es un razonamiento tóxico. Sabes a qué tipo de pensamiento me refiero: <<Tú tienes la culpa de estos michelines, porque no me acompañas hacer ejercicios>>. <<mi madre tiene la culpa de que este gordo, por el tipo de comida que me prepara>> o <<Empecé a fumar simplemente porque tu fumabas, de modo que tú tienes la culpa de mis problemas respiratorios>>.
Siempre que empiezas una frase con <<Tú tienes la culpa de que…>>, te echas a perder. Esto te convierte en una víctima. Y si eres una víctima, eres impotente para cambiar tu forma de comportarte. Para tener el mejor tiempo posible, debes cambiar de conducta, así que mata los sentimientos de culpa.