La Mandarina y sus Beneficios.
Es tan sencillo pelar y comer una mandarina, que se ha convertido en la reina de las frutas semiácidas. Su grato dulzor, su escaso grado de acidez, junto con la suavidad de su pulpa, hacen de este cítrico una de las frutas más populares del mundo.
La composición de la mandarina es muy similar a la de la naranja, aunque la vitamina C, los minerales, los ácidos orgánicos, así como la mayor parte de sus nutrientes, se encuentran en una proporción inferior.
Descontamina el organismo, es antiinfecciosa, fluidificante de la sangre, hipotensora, laxante, antialérgica. Remineralizante, depurativa y preventiva del cáncer. Por su facilidad de uso y buena tolerancia digestiva. Las mandarinas tienen dos aplicaciones más destacadas: muy recomendable en caso de resfriados, gripe e infecciones de garganta, para la hipertensión arterial y de arteriosclerosis.
Las propiedades dietoterápicas de todos los cítricos son muy similares, y se deben a la equilibrada combinación de vitamina C, minerales, y elementos fotoquímicos.
Llamada también la fruta ecológica, por descontaminar el organismo de plomo, cadmio y mercurio. Posee propiedades disolventes, reduciendo los fermentos originados por los almidones, baja la inflamación de los tejidos enfermos y previene congestiones.