No sacrifiques la comida más importante del día
La comida más importante del día es el desayuno, en estos tiempos, se ha reemplazado por el café y otros simplemente no comen sino que esperan hasta la hora del almuerzo.
Un reciente estudio en Harvard School of Public Health, divulgado por The American Journal of Clinical Nutrition, aseguró que el saltarse el desayuno es tan delicado que aumenta en 21% del riesgo de padecer diabetes tipo 2.
Otra investigación de la Universidad de Harvard, publicada en la revista Circulation en julio de 2013, evaluó a 26.902 hombres y encontró que el 27% de los que no desayunaban tenían más posibilidades de sufrir un infarto o morir de una enfermedad cardiaca que aquellos que comían todas las mañanas. El riesgo es el mismo en la adolescencia, en febrero de 2014 se realizó un estudio publicado por la revista Public Health Nutrition, que los jóvenes que desayunaban poco o nada, tienen 68% más posibilidades de desarrollar obesidad abdominal, altos niveles de triglicéridos, niveles bajos de colesterol bueno, hipertensión y altos niveles de glucosa en la sangre, lo que incrementa el riesgo de problemas cardiovasculares.
La lista de efectos de la abstención del desayuno es interminable, uno de los estudios científicos reporta que no consumir el desayuno se relaciona directamente con obesidad, déficit de micronutrientes y bajo desempeño académico, laboral y físico, además de sintomatologías recurrentes en la población, como dolor de cabeza, debilidad, visión borrosa y mareo.
Entre las consecuencias, según especialistas, también está la anemia, por la baja de hierro en el cuerpo, bajo desempeño académico, laboral y físico, gastritis, que es la irritación de las paredes del estómago y la sarcopenia que es la perdida de la masa muscular.
Cuando dejar el desayuno se vuelve costumbre, el organismo utiliza sus reservas de glucógeno para obtener la energía que necesita, sin darse cuenta que estas personas sienten un deseo incontrolable de pical al final de la tarde, dándoles prioridad a los dulces y a la comida poco sana, así el ayuno termina convirtiéndose en un círculo vicioso.