¡No te prives de Ningún Alimento!
Primero que todo, debes liberarse de la tiranía agobiante de las dietas (con el concepto tradicional con el que las conocemos actualmente).
Es posible comerlos todos sin que sientas ningún complejo de culpa. De esta forma llegara al convencimiento de que todos los alimentos son iguales: el helado no es peor que el brócoli, ni la zanahoria es mejor que el pastel de chocolate. Por supuesto esta igualdad en los alimentos hay que considerarla desde el punto de vista psicológico, exclusivamente…. Pues sabemos que cada alimento tienen diferentes valores nutritivos y un numero distinto de calorías.
Esta medida no persigue a que te entregues a una verdadera orgia gastronómica. Por el contrario, una vez que desarrolle la conciencia de que puede ingerir cualquier tipo de alimento, entonces es muy probable que comience a experimentar la sensación de que desea comer menos. Como ya no existen “alimentos prohibidos” (que representan las restricciones que imponen todas las dietas), el deseo por ellos será menor y tendrá la libertad para comer lo que quiera, cada vez que sienta hambre. También llegara el momento en el que la selección de los alimentos estará basada en qué y cuanto necesita su cuerpo (físicamente), y no en las necesidades sicológicas que hasta ahora lo han regido.