¿Qué factores cotidianos te hacen aumentar de peso?
El peso de los hábitos y las circunstancias La ecuación “Energía almacenada = energía ingerida – energía consumida”, es inevitable. Independientemente de cualquier predisposición hereditaria, que no representa más que una tendencia, son los hábitos cotidianos y las circunstancias de la vida los que nos llevan a engordar, ya sea de manera natural o por compensación.
Los hábitos alimenticios
Es indudable que si comemos mucho, engordaremos por el aporte demasiado alto de calorías, y con mayor razón si este no se compensa con actividad física. Es lógico que la energía que no se consume se almacene en el organismo. Modificar los hábitos alimenticios no es fácil, pues se tienen que olvidar antiguas costumbres y los condicionamientos de la infancia. Algunas veces, los cuidados maternos pudieron haberse enfocado con exageración en la comida; entonces, en el cerebro del adulto, como la comida es igual a amor, cuando nos hace falta amor recurrimos a la comida.
Sucede también que, simple y sencillamente, provenimos de una familia a la que le gusta mucho comer, las raciones descomunales son algo natural y la comida es un signo de convivencia; incluso comer como un pajarito se interpreta como un rechazo al clan familiar. Si nos educaron de esta manera, y si además se nos viene a la mente los buenos recuerdos, tendemos a prolongar esta manera de comer. Esto, sin duda, es agradable, pero a largo plazo resulta peligroso para la línea.
No es fácil que cambiemos nuestros hábitos, aunque desde luego es posible con el apoyo de quienes nos rodean, que no deben sentirse castigados o restringidos. Todos tienen que obtener algún beneficio. Y como el fin justifica los medios, un poco de astucia no está de más. Contacto y creatividad, debemos lograr que acepten las verduras en todas sus formas, remplazar las bebidas gaseosas por agua natural ¡y cambiar la pizza con extra por fetuccini con mariscos!
Los hábitos y el modo de vida.
Dejar de fumar es una causa frecuente de aumenta de peso, porque fumar corta el apetito y quema calorías: entre 200 y 300 calorías por fumar de 20 a 30 cigarrillos al día. Es una mala noticia para los fumadores empedernidos que dejan de fumar, pero por múltiples razones vale la pena seguir luchando.
Suspender alguna actividad regular, como arreglar el jardín, o dejar de hacer ejercicio, provoca sistemáticamente un aumento de peso si seguimos comiendo de la misma manera. Quizás usted haya notado como la corpulencia de los antiguos deportistas de algo rendimiento, de los campeones de natación o de otra disciplinan que se volvieron obesos de la noche a la mañana. Por lo tanto, aunque no tengamos un pasado deportista, debemos estar alertas en caso de que, por alguna razón, nuestro modo de vida cambie de manera significativa.
Las circunstancias de la vida
En la vida, algunos acontecimientos representan un riesgo para el peso, como ciertos sucesos particularmente felices y, en estos casos, debemos rendirnos ante la evidencia: aunque sean pocas las que lo admitan, muchas mujeres aumentan de peso más de lo que recomiendan las normas médicas. Desde luego, hay que cuidarnos durante el embarazo, pero si no tenemos ningún problema médico, de pronto también podemos sentir ganas de cumplir un antojo que por lo general no tenemos, y asumir esta elección con la idea de atacar los kilos de más después del parto. En este caso, no hay razón para sentirse culpable.
Por desgracia también existen circunstancias desafortunadas, como un divorcio, una separación, el estrés profesional o la muerte de un ser querido, la depresión o falta de empleo. Desde luego esto provoca una inestabilidad, pero no es una razón suficiente para no enfrentar la adversidad: aumentando de peso, usted solo agravara la situación. Busque medios para mantener y cultivar la armonía del cuerpo y del espíritu. No niegue la realidad, ni reprima la tristeza, el dolor o incluso la ira para que fluya mejor. En otros términos, debe hacer un duelo para reconstruirse y aprender a ser feliz nuevamente.