Reforzar la inmunidad
Cuando llegan los primeros fríos aparecen también las típicas enfermedades de la entrada del invierno, como la gripe o los resfriados.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de estos padecimientos sin benignos y beneficiosos, porque habitualmente suponen un esfuerzo del organismo por eliminar las sustancias toxicas acumuladas; por ello durante estas enfermedades aparece gran cantidad de mucosidad más o menos espesa o sucia. La primera medida a tener en cuenta ante estas enfermedades es respetar su evolución y permitir que estas sustancias toxicas sean eliminadas, no bloquear estos mecanismos depurativos. Si reducimos la capacidad de depuración que tiene nuestro organismo estamos debilitando nuestro sistema inmunitario.
INMUNIDAD Y DIETA
¿Qué tiene que ver la dieta con la inmunidad?
Desde luego, mucho, ya que lo que comemos es lo que somos… o lo que seremos. En el caso del sistema inmunitario esto es tanto más cierto, ya que al encargarse de supervisar las entradas de agentes extraños en el organismo, una alimentación inadecuada y muy especialmente una alimentación cargada en sustancias artificiales, puede producir un estado de de hipersensibilidad del este sistema que a medio plazo ocasiona una debilitación de las defensas. Algunos de los alimentos han sido acusados de causar estos bajones del sistema defensivo orgánico, entre ellos se encuentra:
GRASAS DE BAJA CALIDAD BIOLOGICA
Entre ellas tenemos las llamadas “grasas hidrogenadas” presentes en margarinas, bollería industrial y en muchos otros alimentos que contienen grasas en su composición, aunque no se pueden ver a simple vista (son las llamadas “grasas ocultas” que llegan a dignificar hasta un 50% de las grasas de la dieta estándar). La hidrogenación de las grasas generalmente hace que éstas se vuelvan más solidas y moldeables (como ocurre por ejemplo con la margarina). Este proceso de hidrogenación forma grasas con enlaces químicos de tipo trans, nocivos para la salud.
La alternativa es desde luego el consumo de grasas de alta calidad biológica, como las presentes en los aceites vírgenes de presión en frío o en los frutos secos.
El gran libro de la Salud
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