Separe el horario frente a la pantalla y el horario de comer
Probablemente ha oído esto muchas veces ya, pero es hora de que lo escuche con atención: no permita que sus hijos coman mientras ven televisión. Ya expliqué por qué la hora de comer debe ser un momento familiar, pero también es importante que la merienda o el tentempié, lo importante es que sean nutritivos. Los productos que vienen en paquetes o bolsitas no suelen ser saludables y más bien proporcionan calorías vacías y poco nutritivas que se convierten en grasa en nuestro organismo.
Entre más grasa o masa corporal no magra, más lento se hace su ritmo metabólico. Esto provoca que queme menos calorías en reposo y lleva al exitoso mantenimiento de las calorías que no se usan en forma de grasa adicional. No resulta difícil entender que esto genera un círculo vicioso de peso extra en forma de grasa. Además, las calorías que se ingieren mientras uno esta inmóvil no van a utilizarse, ya que el cuerpo quema muy pocas calorías en estado sedentario. Tenga en cuenta que su hijo quema cuatro calorías por minuto al correr, y ocho al nadar, pero si está viendo TV, apenas quemara una caloría por minuto. Incluso si está leyendo y pensando, no importa qué tan agotadora sea la lectura o la meditación, quema apenas una caloría o una y media por minuto. A ese ritmo, es fácil entender por qué los adictos a la TV tienen llantas y gorditos.