Un reconfortante plato único lleno de sabor que proporciona además una de las 5 raciones verdes del día. Puede servirse con una ensalada sencilla para aumentar el contenido vegetal.

• 2 cucharadas de aceite de oliva
• 8 muslos de pollo deshuesados, sin piel, partidos si son grandes
• 1 cebolla picada
• 2 cucharadas de jengibre rallado
• unas hebras de azafrán o una pizca de cúrcuma
• 1 cucharada de miel clara
• 400 g de zanahorias cortadas en palitos
• 1 pequeño ramillete de perejil troceado
• gajos de limón para acompañar

50 minutos 4 raciones

1 Calentar el aceite en una cacerola amplia con tapa, freír en ella el pollo sin tapar hasta que esté ligeramente dorado. Añadir la cebolla y el jengibre y dejar 2 minutos más al fuego. Agregar 150 ml de agua, el azafrán, la miel y la zanahoria. Salpimentar y remover bien.
2 Llevar a ebullición, tapar el recipiente y dejarlo a fuego lento 30 minutos o hasta que el pollo esté tierno. Destapar, aumentar el fuego y dejar 5 minutos más para que la salsa se reduzca un poco. Espolvorear con perejil y servir con gajos de limón para exprimir por encima.

Cada ración contiene: 304 kcal, 39 g de proteínas, 14 g de carbohidratos, 11 g de grasa, 3 g de grasas saturadas, 3 g de fibra, 12 g de azúcar añadido y 0,48 g de sal.

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