¿Cómo influye la textura de la comida en las calorías que ingieres?
La mayoría de nosotros asociamos los alimentos rugosos o más duros con una menor cantidad de calorías. Y aquellos que son blandos o lisos, con un alto valor de calorías
¡Pero ojo! Lo mencionado aquí arriba no es del todo correcto y a continuación te explicamos cómo la sensibilidad de tu paladar influye en tus hábitos alimentarios mucho más de lo que imaginas.
En muchas ocasiones nuestro paladar asocia la textura con las calorías de la comida y decide por nosotros sin darnos cuenta: ¿Nos lo comemos o no? Según un estudio que ha realizado diferentes pruebas relacionadas con este tema, se consumen más alimentos de un tipo u otro porque se considera que son más o menos calóricos, mientras que ignoramos el valor nutricional que tiene, que es en realidad lo que realmente importa para nuestra salud.
En una de las pruebas para llevar a cabo esta investigación, los participantes tuvieron que probar snacks de chocolate con leche entre los que había, tanto variedades crujientes, como blandas. Tras degustarlos, se les preguntó si serían capaces de estimar cuántas calorías contenía lo que habían probado y la mayoría creyó que los dulces de texturas blandas eran el doble de calóricos que los rugosos.
Así, en otro de los experimentos, los investigadores contaron el número de veces que los participantes masticaban aquello blando y aquello duro. Y de nuevo, el resultado puso en evidencia que, cuando una persona mastica más, cree que la comida tiene más calorías. Sin embargo, y ante la sorpresa de los entrevistados, todos los dulces contenían exactamente el mismo número de calorías, fueran de la textura que fueran.
En última instancia se realizó la prueba más curiosa: los participantes tuvieron que escoger entre caramelo líquido o duro, y para acompañar, un trozo de bizcocho o una ensalada de fruta. Curiosamente, los participantes que eligieron el caramelo derretido prefirieron acompañarlo de la ensalada de frutas y viceversa. ¿Qué conclusión sacamos de esto? Que aunque estemos equivocados y no seamos los mejores en estimar el valor calórico de los alimentos, tendemos a compensar aquello que creemos que es muy calórico con aquello que lo es menos.
A pesar de esta última conclusión de la que puede extraerse una idea positiva, si estás intentando perder peso, ponerte en forma o simplemente mejorar tu dieta nutricional, es aconsejable acudir a un experto para que te oriente.