Haga que su comida sea más sana

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La forma como se preparan y consumen los alimentos influye en su valor nutricional.

“Ciertos cambios en el estilo de vida pueden ayudarle a mantener un sistema inmune saludable y a protegerlo contra todos los principales males del mundo moderno, como la obesidad, diabetes, enfermedades cardíacas y cáncer. También hay cada vez más pruebas de que estos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a curar estas condiciones”. Esto lo dice Rodney Bilton, profesor de bioquímica de la Universidad John Moores de Liverpool y autor de Know what you eat (Sepa lo que come).

El libro es el resultado de 15 años de investigación, que le permitieron descubrir secretos sorprendentes sobre lo que se debe comer para no tener kilos demás y estar más saludables.

Aprenda a seleccionar la variedad y la forma de consumir lo que más le convienen a su salud. A continuación, algunos ejemplos fáciles para aplicar en su dieta.

Papas cortadas, no machacadas

 Según el bioquímico, la forma como se cocinan los alimentos podría alterar la cantidad de azúcar que se libera a la sangre. Este principio se aplica especialmente a las papas que, dice, aumentan su cantidad de azúcar cuando son hervidas y molidas. Por esta razón, Bilton aconseja que las papas deben ser consumidas cocidas y cortadas (ojalá no fritas), y que la forma menos conveniente al organismo es en puré.

Al parecer, lo mismo ocurre con otros alimentos, como por ejemplo las manzanas. Asegura que es mejor comerlas enteras que macerarlas.

Plátanos verdes

 Al igual que los granos enteros, los vegetales y la fibra, los plátanos verdes son ricos en almidón resistente, es decir que no se digiere en el cuerpo.

“El almidón resistente es un carbohidrato, cuya composición química no hace que los niveles de azúcar en la sangre se eleven. Así que no es un riesgo para la diabetes y tampoco provoca antojos de azúcar después de comerlo”, dice Bilton.

Algo de grasa hace falta

 Bilton asegura que cuando la persona se somete a regímenes bajísimos en grasas, pensando que es lo mejor para su salud, pasa todo lo contrario. Para estar satisfecha, la gente come más carbohidratos, sobre todo los refinados como el arroz, la pasta y el pan.

“La grasa es mejor para hacernos sentir satisfechos y por más tiempo”. Añade que la grasa en los alimentos ayuda a liberar hormonas que promueven el metabolismo de las mismas, incluso, varias horas después de comer.

Aceite de oliva para ensaladas

 El aceite de oliva es la principal fuente de grasas de la famosa dieta mediterránea y un ejemplo de comida saludable. La mejor forma de sacarle provecho a este alimento es en ensaladas. Según el bioquímico, cuando los aceites son calentados en exceso transforman sus propiedades y, entre otros, se liberan peróxidos que se cree aumentan el riesgo de padecer cáncer o enfermedades cardíacas al ser consumidos. “El aceite de oliva, particularmente el extravirgen, se utiliza mejor como aliño para ensaladas y no en la cocina”, reitera el experto.

Cuidado con los jugos de frutas

 El problema de estas bebidas son sus altos niveles de fructosa (un azúcar similar a la glucosa). Cuando esta es consumida en cantidades, engaña al mecanismo que tiene el cuerpo para controlar la cantidad de azúcar en la sangre.

“Como resultado, sustancias grasas pueden acumularse en el hígado, haciendo que este crezca y sea ineficiente, lo que finalmente conduce a obesidad y diabetes tipo 2”, sostiene el bioquímico.

EL MERCURIO (CHILE)

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