Hidrátese al Máximo
Un organismo intoxicado y deshidratado es un organismo cansado. Para mejorar los intercambios celulares y permanecer en todo momento en óptimas condiciones, hay que beber por lo menos un litro de agua al día.
La sangre, la linfa, el líquido intersticial. Nuestro cuerpo está constituido por 70% de agua. Nuestras células viven en un líquido intersticial que les brinda los nutrientes que necesitan. La sangre, que transporta dichos nutrientes a través de todo el organismo, está hecha de agua. La linfa, mediante la cual nuestro cuerpo elimina los desechos producidos por el metabolismo, también está compuesta por agua. Estos líquidos necesitan regenerarse de forma permanente, puesto que cada día perdemos alrededor de dos litros y medio de agua a través de la micción, la transpiración y la respiración. Es indispensable reemplazarlos ya que, de otro modo, el cansancio nos gana. Basta una pérdida de 2% de agua para que nuestro desempeño físico e intelectual disminuya en 20%. De llegar a 5% de déficit hídrico, nos sentimos exhaustos.
Hay que beber antes de tener sed. La cifra de un litro y medio al día es un promedio. En efecto, una alimentación normal aporta cerca de un litro de agua (frutas, verduras, etc). Algo es seguro: hay que beber con regularidad, antes de tener sed, porque cuando se dispara la señal de alerta, el organismo se encuentra ya en estado de carencia.
En algunos países, el agua del grifo suele estar limpia desde el punto de vista bacteriológico. Sin embargo, puede contener nitratos, en especial en las zonas agrícolas. Además, su composición varía. Si usted desea mantenerse en forma hidratándose. El agua mineral es más o menos rica en elementos minerales en función de los suelos que atraviesa a lo largo de su formación. No beba regularmente agua muy mineralizada, a menos que busque un efecto preciso.