Kilos de Grasa y otros Kilos… ¿Qué me Sobra?
En la gran mayoría de ocasiones, el aumento está relacionado con una acumulación excesiva de grasa corporal. El sobrepeso y la obesidad consisten en un aumento de grasa por encima de los niveles que se consideran adecuados para el sexo y la edad, y que pueden acarrear graves riesgos para la salud. Sin embargo, la grasa, si se encuentra dentro de los límites de normalidad, no es perjudicial. Más bien todo lo contrario: es indispensable para la vida.
Nuestro cuerpo necesita cierta cantidad de grasa para proteger y amortiguar los órganos internos, así como para mantener la temperatura corporal, almacenar vitaminas y sintetizar hormonas y otras sustancias. De hecho, la grasa corporal es el principal almacén de energía del que disponemos. No obstante, si se halla en exceso, puede alterar nuestro aspecto, afectar al metabolismo y aumentar el riesgo de padecer enfermedades crónicas y degenerativas, con el consiguiente empeoramiento de nuestra calidad y nuestra esperanza de vida.
Si nos obsesionamos a un peso demasiado bajo, corremos el riesgo de que, al intentar alcanzarlo una y otra vez, entremos en un círculo vicioso de perdida y aumento de peso que no es saludable.
Por otra parte también es muy importante conocer cuáles son las motivaciones que nos llevan a intentar perder peso y descartar problemas de base psicológicos o emocionales.
Al perder peso se pierde algo de masa magra inevitable y, al recuperarlo, la mayor parte suele ser grasa. Si este círculo se repite con excesiva frecuencia, el porcentaje de grasa irá aumentando y el de masa muscular, será cada vez menor. Dado que la cantidad de calorías que gastamos en reposo (o metabolismo basal) depende sobre todo de la masa magra, esta disminuirá con el tiempo. El proceso tiene unas consecuencias muy negativas, tanto para la salud como para el aspecto físico, ya que, aun manteniendo el mismo peso, el porcentaje de grasa habrá aumentado de manera considerable, al igual que el volumen corporal.