Obesidad Infantil

 In Nutrición

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La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más grave del siglo XXI.

 El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos. La prevalencia a aumentado a un ritmo alarmante.

Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no trasmisibles como la diabetes y enfermedades cardiovasculares. El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida prevenible. Por consiguiente hay que darle una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil.

¿Qué es la obesidad infantil?

Se trata de la acumulación excesiva de grasa corporal, especialmente en el tejido adiposo, y que se puede percibir por el aumento del peso corporal cuando alcanza 20 por ciento a más del peso ideal según la edad, la talla, y sexo del niño o niña en cuestión. Para calcular el peso ideal de un niño entre 2 y 5 años de edad, aunque de forma apenas aproximada, hay que multiplicar la edad en años por dos más ocho.

Calcula el peso ideal de tu hijo. Ejemplo: para saber cuánto debe pesar, en media, un niño de cinco años, multiplica la edad (5) por 2 y suma 8. Es decir, 5 x 2 + 8 = 18 kg. Este método no es exacto. Se trata de dar una idea. Lo más recomendable es consultar y considerar lo que diga el pediatra del niño.

Niños con sobrepeso

Para muchas familias, el tener un hijo gordito, mofletudo, y lleno de pliegues es todo un logro, una señal de que el niño está bien, fuerte, y lleno de salud. Pero los expertos en nutrición infantil no piensan igual. Y van a más: dicen que estas familias están muy equivocadas. Lo que importa no es que el niño esté gordo o delgado. Lo que interesa es que el niño esté sano. Y es ahí donde queríamos llegar. En la última Jornada Nacional sobre Obesidad y Factores de Riesgo Cardiovascular, realizada en Madrid, España, se diagnosticó la obesidad infantil como una enfermedad emergente.

Tanto en Europa como en Estados Unidos, desde los años noventa hasta hoy, la incidencia de la obesidad infantil se ha duplicado. España se ha convertido en el segundo país de la Unión Europea con mayor número de niños con problemas de sobrepeso, presentando un cuadro de obesidad en un 16,1 por ciento entre menores de 6 a 12 años de edad, superado apenas por los datos de Gran Bretaña. Un hecho alarmante en una sociedad que lleva en su «currículo» una de las mejores dietas alimentarias del mundo: la dieta mediterránea, y en el cual hace sólo quince años presentaba apenas un 5 por ciento de menores obesos.

Qué y cuánta cantidad debe comer un niño

No existe una cantidad exacta de comida a que debe consumir un niño. Cada niño es un mundo distinto, y sus deseos y necesidades son diferentes. En razón de eso, es el niño el que puede decir, con exactitud, cuánto puede comer. Y no se puede obligarle a que coma más. Ni por las buenas ni por las malas. Normalmente, los niños comen más que las niñas, pero en cuestión de apetito no se puede generalizar.

·        Las consecuencias de la obesidad infantil:

·        Existen dos mayores consecuencias de la obesidad infantil. La primera está relacionada con cambios psicológicos. Ellos ocurren temprano en la vida e incluyen:

·        Baja autoestima.

·        Bajos resultados en el colegio.

·        Un cambio en la auto-imagen, particularmente durante la adolescencia.

·        Introversión, a menudo seguida de rechazo social.

·        La segunda consecuencia guarda relación con el aumento del riesgo de desarrollar enfermedades o condiciones patológicas. Estas ocurren a una edad temprana (como por ejemplo aumento en la presión sanguínea), pero generalmente ocurren en la edad adulta. Ellas incluyen:

·        Aumento en la presión arterial (hipertensión).

·        Aumento de los niveles del colesterol general (hipercolesterolemia), especialmente del «colesterol malo». 

·        Altos niveles de insulina en la sangre (hiperinsulinemia).

·        Problemas respiratorios al dormir (apneas de sueño).

·        Problemas ortopédicos, especialmente de articulaciones.

El consumo masivo de alimentos sin nutrientes, desórdenes en los hábitos infantiles y el sedentarismo son factores que han disparado los índices de obesidad infantil.

Debemos tener más cuidado a la hora de escoger los alimentos que le suministramos a nuestros hijos, aunque es muy difícil y se nos parta el alma verlos llorar por alguna golosina, un helado y otros, debemos pensar en su futuro antes que en su presente, porque siempre no van a ser niños y su salud en cierto momento se puede ver afectada por la mala alimentación en la infancia.

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