Objetivos del Fitness

Son cuatro los objetivos principales que se han de perseguir en un entrenamiento de fitness: resistencia, fuerza, flexibilidad y armonía.

La resistencia aeróbica y localizada es la capacidad para desarrollar un ejercicio durante un tiempo. Hay que perseguir tanto la resistencia al ejercicio aeróbico como al anaeróbico. El aeróbico es el que obliga al cuerpo a utilizar una cantidad extra de oxígeno, y se realiza con actividades de larga duración y menor intensidad; el anaeróbico es el que realizamos cuando sometemos durante un tiempo muy breve a un ejercicio duro a nuestro cuerpo. Es necesario trabajar ambos aspectos para lograr un entrenamiento completo y equilibrado, ya que cada uno aporta bondades diferentes al organismo.

La fuerza es, lógicamente, la capacidad para desarrollar un ejercicio o trabajo. Si la resistencia es la capacidad de aguantar un tiempo haciendo abdominales, la fuerza es la capacidad de los músculos abdominales para elevar el cuerpo. La resistencia sin fuerza no sirve de nada, pero tampoco al contrario. Todos los entrenamientos de diferente tipo contemplan esta parte del entrenamiento, pero no debe ser nunca exclusivo.

Aunque la fuerza sea muy importante, no puede ser el único objetivo, ya que pueda llevar a la obsesión y acabar siendo perjudicial. Lograr una gran masa muscular no es el objetivo del fitness, aunque mediante él se pueda conseguir aumentarla.

Gracias al ejercicio y al fitness se logra aumentar la flexibilidad del aparato locomotor. La flexibilidad nos da una mayor seguridad y una protección frente a las lesiones, ya que acostumbra al organismo al movimiento y evita que éste se agarrote. Por otro lado, trabajar de un modo constante la flexibilidad es salud y proporciona una mayor calidad de vida, evita dolores incomodos y ayuda a realizar las actividades cotidianas.

Finalmente, el fittnes busca también una armonía en el cuerpo, que no debe entenderse sólo desde el punto  de vista estético de un cuerpo bien formado y proporcionado. También es necesario que las diferentes partes del cuerpo tengan un crecimiento armonioso. Por poner un ejemplo que no se desarrollen excesivamente los brazos, dejando las piernas a su suerte. Un buen entrenamiento de fitness es un entrenamiento integral, que trata tanto el tren superior  como el inferior, sin olvidarse de nada.

Esta integridad no es impedimento, por otro lado, para que en determinados momentos el entrenamiento se centre más en unas partes que en otras, pero ha de ser dentro de un ejercicio global que trabaje la totalidad.